En las fiestas de fin de año, Papá Noel es una figura dominante en decenas de países. Sin embargo, hay lugares en los que otros personajes le roban protagonismo al anciano barrigón y bonachón que hace felices a los niños.
Mientras que algunas de estas criaturas alternativas alegran las celebraciones, otras no necesariamente reparten regalos ni buenas noticias. Por el contrario, tienen la tarea de aterrorizar a los que se cruzan en su camino.
Aquí te presentamos a algunos de estos personajes:
1. Krampus
Esta especie de cabra-demonio que tiene una lengua muy larga y colmillos "aparece" en Austria, Alemania, República Checa, Eslovenia, Suiza, Croacia, Hungría y algunas partes de Holanda, cada fin de año, pero no precisamente para dar saludos navideños.
Su función es castigar y meter en un saco a los niños que se portaron mal durante el año, para golpearlos con ramas de árbol o para "comérselos". El nombre "Krampus" viene de la palabra del alemán antiguo "krampen" y significa garra.
2. Jólakötturinn
Conocido también como el “Yule Cat” (gato navideño) de Islandia, este felino es la “mascota” de los trolls islandeses conocidos como Grýla y Leppalúði, que son caníbales, y de sus 13 hijos, conocidos como “Yule Lads” (“muchachos de Navidad”).
A los "Lads" les gusta hacerles bromas a la gente y les dejan regalos a los niños dentro de zapatos. Pero el Jólakötturinn es menos simpático. Esta fiera se come a las personas que no se ponen o no reciben ropa nueva para Navidad.
3. Hoteiosho
A diferencia de las criaturas anteriores, Hoteiosho no es un personaje vengativo, sino que es uno de los dioses japoneses de la fortuna. Aunque según algunas creencias, tiene ojos en la espalda con los que observa a los niños sin que estos se den cuenta.
Hoteiosho es representado como un monje budista con el vientre abultado, que va vestido con una especie de bata roja, abierta, que le deja el pecho descubierto.
4. Tió de Nadal
En Cataluña y algunas zonas de Aragón, en el noreste de España, la tradición dice que los regalos para los niños salen de un tronco conocido como Tió de Nadal (Tronco de Navidad en catalán) en Cataluña y Tronca de Nadal en Aragón.
Las familias suelen colocar el tronco en casa, lo cubren con una manta, le dibujan un rostro y lo van alimentando con dulces hasta el día de Navidad. En esta fecha, los niños le cantan canciones y le pegan con palos para que expulse los regalos.
5. Olentzero
En el País Vasco, quien reparte los regalos es el Olentzero, un carbonero que lleva el traje tradicional vasco. Generalmente se le representa como un hombre viejo o adulto mayor, barrigón y bonachón.
Se cree que el Olentzero es originario de Lesaka, un pueblo del norte de Navarra, y que se relaciona con rituales para celebrar el solsticio de invierno en la región, antes de la llegada del cristianismo a esta zona de Europa.