Un artículo bastante cotidiano y de gran utilidad es sin duda el lapicero, ya que es usado en diferentes ámbitos de la vida, tanto por niños como por adultos. Pero hay un aspecto relacionado a los bolígrafos al que quizás no le hayas prestado atención; y si lo hiciste, aún tendrás muchas dudas al respecto.
En el año 1991 la compañía BIC dio a conocer un diseño muy particular en sus lapiceros que se mantiene hasta hoy y que la mayoría ni siquiera notó. Se trata de un pequeño orificio en la parte superior de la tapa que, aunque usted no lo crea, ha salvado la vida de cientos de niños y a un número menor de adultos.
Resulta que dicho orificio fue pensado a raíz de diferentes casos en que los niños han tragado, de forma accidental, las tapas de los lapiceros. Y es que es usual que los más pequeños se lleven algunos objetos a la boca.
En ese sentido, el diminuto hoyo cumple su función al permitir que una mínima pero suficiente cantidad de oxígeno llegue a los pulmones y la persona pueda respirar mientras espera la llegada de la atención médica.
Aunque para muchos esto es sólo un hecho anecdótico, la verdad es que sí se han registrado decenas de estos casos, en diferentes partes del mundo, en los que muchos niños sobrevivieron gracias a ese pequeño detalle. Esa fue la razón para que otras marcas de lapiceros imiten el modelo que por mucho tiempo causó extrañeza.