Fue a mediados de los 90’ que los chipitaps llegaron al Perú para alborotar a unos niños que solían jugar diferentes juegos grupales que perduraron por décadas, pero que luego morirían con la llega de la tecnología y quizá, definitivamente, con la aparición de los videojuegos.
Estas figuras de plástico, en general circulares en sus primeros años, fueron introducidos por las compañías de golosinas, basándose en la popularidad de los distintas caricaturas de la época. Los chipitaps de los Looney Tunes (1994) fueron uno de los primeros.
¿De dónde surgió esta idea? Hay quienes sugieren que nació allá por el siglo XVII. Un juego japonés llamado Menko, en donde ponías una tarjeta cuadrada o circular en el suelo y el otro jugador tenía que arrojar su tarjeta haciendo que por medio del aire o la estrategia que eligiera, volteara la carta del otro jugador y así quedarse con ambas tarjetas. Algo parecido era el juego básico cuando aparecieron estas figuras en los 90’.
Los chipitaps se conseguían como ‘regalo’ dentro de alguna bolsa de frituras. Debido a su fácil adquisición, todos los niños empezaron a coleccionarlos y jugar con ellos en la escuela a la hora del recreo, bueno, también a veces durante las clases.
La afición por estos coleccionables llegó a ser tal que incluso había escuelas en los que los prohibían y no te los regresaban hasta la hora de la salida. Los profesores lo veían como una adicción, como en las apuestas.
El juego más conocido consistía en duelos "de a verdad" (si te gano me quedo con tus chipitaps) o de “mentira” en el que te quedabas con los tuyos ganes o pierdas. A continuación mira algunos ejemplares que de seguro eran parte de tu colección si viviste dicha época.