Pese a observarse en aparente calma el cerro de la Cruz de Shallapa, actualmente es una pesadilla para los que viven cerca a esta zona devastada, en el distrito de Chavín de Huántar, provincia ancashina de Huari. Las lluvias han activado nuevos deslizamientos y grietas profundas.
Las inmensas rocas que se desprendieron a su paso destruyeron varias viviendas en los jirones Wiracocha e Inca Roca, en el barrio Jana de la ciudad milenaria de Chavín.
Ante esta emergencia latente el alcalde del distrito de Chavín, Oswaldo Montes, y su equipo técnico se reunieron con los damnificados, los representantes del COER Áncash y otras instituciones para realizar de manera urgente los planes de emergencia.
Durante el recorrido las autoridades y las familias damnificadas verificaron los daños y la caída de inmensas piedras sobre las calles y viviendas, mientras algunos cubrieron sus fachadas con maderas, llantas y placas de triplay.
Sobre la zona de desastre es notorio las fallas geológicas, que siguen afectando la estabilidad del alud; asimismo, se observa las fracturas en las rocas y grietas que se extienden con gran profundidad.
PELIGRO LATENTE
Pese a implantarse un plan de alerta temprana con silbatos y radios, actualmente vivir en las faldas del cerro Shallapa es un peligro latente y las viviendas cercanas al deslizamiento no son habitables, por ello un grupo de damnificados piden la reubicación inmediata.
Según cifras oficiales del COER Áncash, el deslizamiento del cerro Shallapa el año pasado dejó 12 mil metros cúbicos de desmonte, sumado a las más de 50 viviendas colapsadas y más de 200 damnificados.
