Durante la Semana Santa, millones de católicos en el mundo reviven simbólicamente el camino de Jesús hacia la crucifixión a través del Vía Crucis, una de las expresiones más representativas de la devoción cristiana. Sin embargo, hay un detalle que muchos desconocen: de las 14 estaciones que lo componen, solo 8 están respaldadas directamente por los relatos bíblicos.
El Vía Crucis —también llamado "Camino de la Cruz"— se remonta al siglo IV, cuando los primeros cristianos comenzaron a recorrer físicamente los lugares sagrados de Jerusalén ligados a la Pasión de Cristo. Esta costumbre se extendió en el siglo XVII, cuando la Iglesia católica fijó las 14 estaciones que hoy se rezan especialmente durante el Viernes Santo.
¿Cuáles estaciones están en la Biblia?
De acuerdo con la Enciclopedia Británica y la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB), las estaciones con base bíblica son las siguientes:
1. Jesús es condenado a muerte
2. Jesús carga con la cruz
3. Simón de Cirene ayuda a Jesús a llevar la cruz
4. Jesús se encuentra con las mujeres de Jerusalén
5. Jesús es despojado de sus vestiduras
6. Jesús es clavado en la cruz
7. Jesús muere en la cruz
8. Jesús es colocado en el sepulcro
Las demás estaciones, como las caídas de Jesús, el encuentro con su madre María, o la escena con Verónica limpiando su rostro, pertenecen al acervo devocional cristiano y no aparecen como tales en los textos canónicos. Por ejemplo, la figura de Verónica no es mencionada en los Evangelios, pero se incorporó por tradición como símbolo de compasión y consuelo.
A pesar de la mezcla entre historia y tradición, el Vía Crucis sigue siendo una práctica profundamente significativa para los fieles. En cada estación, los creyentes meditan sobre el sufrimiento, la entrega y el amor de Jesús. Esta práctica se realiza tanto en procesiones públicas como en el interior de templos, donde muchas veces las estaciones están representadas en imágenes colocadas a lo largo de las paredes.