Tras décadas de especulaciones y relatos históricos, un equipo de arqueólogos confirmó la existencia de una red de túneles construida por los incas bajo la ciudad de Cusco. Este descubrimiento fue anunciado el pasado lunes 6 de enero en la Municipalidad Provincial de Cusco, donde se detalló que la chincana conecta puntos clave como el Coricancha y Sacsayhuamán a lo largo de 1.750 metros.
DE LOS RELATOS HISTÓRICOS A LA CIENCIA
La chincana, que significa "laberinto" en quechua, fue mencionada en crónicas de Garcilaso de la Vega y documentos jesuitas desde el siglo XVII. Sin embargo, localizarla había sido un desafío. Los investigadores utilizaron tecnología moderna, como georradares y pruebas de sonido, para confirmar su existencia. A través de estos métodos, se detectaron túneles a profundidades de entre 1,4 y 2,5 metros, con muros trapezoidales y techos de piedra labrada.
Este sistema de túneles no solo conecta el Coricancha y Sacsayhuamán, sino que también tiene ramificaciones hacia Muyumarca y Calispuquio, según informó el equipo liderado por Jorge Calero y Mildred Fernández.
PRÓXIMOS PASOS EN LA INVESTIGACIÓN
El hallazgo es apenas el comienzo. Los arqueólogos planean iniciar excavaciones en puntos clave de la red a partir de marzo de 2025, con el objetivo de ampliar el trazado conocido. Además, han identificado un posible tramo frente al colegio Las Mercedes en Cusco.
La investigación ha sido financiada por asociaciones locales como Lucho Punchao y el Consejo de la Nación Inka, que agrupa a descendientes de la nobleza incaica. Próximamente, se buscará el apoyo del Estado peruano para preservar y explorar este valioso legado histórico, que arroja nueva luz sobre las avanzadas técnicas constructivas del Tahuantinsuyo.
