Más allá del símbolo histórico que significó la juramentación del presidente de la República en la Pampa de Ayacucho, este evento estuvo marcado por el desorden y desorganización por cientos de ciudadanos que no respetaron el cordón policial.
Los policías que resguardaban el lugar no pudieron darse abasto para contener a la gran cantidad de ciudadanos que irrumpieron en el lugar. Desde muy temprano, cientos de ciudadanos llegaron hasta la Pampa de Ayacucho para participar de la juramentación simbólica de Castillo.
En un primer momento la Policía detuvo el ingreso de los simpatizantes, luego se les permitió el ingreso previa identificación. Aunque se dio el ingreso de manera ordenada, los asistentes volvieron a romper el cerco policial cuando llegó el presidente para intentar acercarse a él.
