De acuerdo a la tradición católica, todos los 2 de agosto, los fieles que visiten una iglesia franciscana en cualquier parte del mundo podrán obtener la tradicional indulgencia plenaria de la Porciúncula.
Esta mañana desde tempranas horas muchos fieles llegan hasta el Convento de los Descalzos, ubicado en el distrito del Rímac, para obtener esta gracia que requiere, además, las condiciones habituales de Confesión sacramental, Comunión eucarística y oración por las intenciones del Papa.
Y luego los fieles pueden recibir el puchero (similar al menestrón) que se prepara desde horas de la madrugada en 14 ollas con capacidad para 400 litros cada una.
La preparación de este plato es posible gracias a la donación de los ingredientes que hacen mercados, instituciones y vecinos del Rímac, para conmemorar esta tradición religiosa.
Como en años anteriores, y como dicta la tradición, desde las 12:30 pm. se servirá este plato entre los fieles, personas de la tercera edad y en condición de pobreza extrema.
La historia de la indulgencia de la Porciúncula
Cuenta la tradición que, esta concesión de la indulgencia de la Porciúncula se dio en el año 1216, cuando San Francisco partió hacia Perusa junto al hermano Maseo para ver al Papa Honorio III.
La noche anterior el mismo Cristo y la Virgen María, aparecieron frente al santo, y este les pidió que les concediese una indulgencia a cuantos visitasen la iglesia dedicada a la Virgen bajo la advocación de María de los Ángeles.
De acuerdo a la tradición católica, el Señor aceptó y le ordenó que se dirigiese a Perusa, para obtener del Papa el favor deseado y fue así como se inició con esta costumbre religiosa todos los 2 de agostos en cualquier iglesia franciscana.
