Traficantes coparon de cocaína de alta pureza y marihuana "gourmet" los distritos más exclusivos de Lima y las discotecas del sur chico.
Se hacían llamar "Los hijos de Eleguá" en honor a la deidad pagana conocida también como "el que abre los caminos", en un rincón del cuarto alquilado, muy cerca a la droga, se le rendía culto a "Eleguá" con absoluto fervor.
Los agentes del Grupo Terna del Escuadrón Verde de Lima le explicaron a la dueña de la casa ubicada en Ate Vitarte, para que utilizaban el cuarto sus inquilinos. Tal parece que esta vez "el abridor de caminos "Eleguá", a quién dicen venerar, labro un sendero directo a la cárcel.
como es de costumbre, tras la caída los dotes histriónicos de los intervenidos aparecen victimizandose. Además del culto a "Eleguá" uno de los intervenidos a La Catrina tatuada en su brazo, que es una de las representaciones de la Santa Parka mexicana.
Se trata de santeros, poderosos o chamanes que buscan un pacto con el diablo para atraer riqueza y seguir construyendo su imperio de droga, todos fueron llevados al Depincri del sector.