La pandemia de la Covid-19 no solo desató la peor crisis sanitaria de la historia, si no también ha golpeado económicamente a la población, siendo las familias de extrema pobreza las más afectadas.
Esto ha provocado que más niños de estos hogares salgan a las calles, por voluntad o por obligación, para extender la mano mientras ofrecen caramelos. En su mayoría son menores que no superan los 12 años.
Tienen historias diferentes pero todos arrastran carencias económicas que se han recrudecido aún más en pandemia. Sus faenas no tienen horario y tampoco importa el frío.