Miles de veraneantes fueron sorprendidos al enterarse, minutos antes de las celebraciones por fin de año, que estaba prohibido acampar e ingerir bebidas alcohólicas en las playas de Chorrillos.
Los ciudadanos se mostraron indignados no sólo porque se les prohibió instalar sus propias carpas, sino además porque la restricción no alcanzó al negocio de alquiler de sombrillas y sillas.
De esta manera Agua Dulce dejó de ser el punto de celebraciones de Año Nuevo, lo que representó incomodidad para algunos y una ordenanza acertada para otros.