Hace unos días reportamos un incidente cuando un peatón que cruzaba la avenida Argentina, caminaba apresurado hablando por celular y por esa distracción no se percató de la presencia de este buzón sin tapa en su camino, el joven dio un paso en falso y cayó intempestivamente al fondo del hueco, a pesar que la victima intentó sujetarse con las manos, le ganó el peso de su cuerpo y pasó por la hendidura aparatosamente.
Pero estas trampas muchas veces pueden ser mortales y han cobrado vidas como la de la pequeña Xoana, una niña de dos años, quien en agosto del año pasado, falleció tras caer a un buzón de agua, en la plaza principal del distrito de Cerro Azul, en Cañete. Su frágil cuerpo cayó al pozo y murió ahogada.
Y es que en Lima, son más de 3.500 tapas de buzón de agua y telefonía que cada año son robadas, para venderlos como fierro fundido en el mercado negro.
Según especialistas, para los gobiernos locales la falta de tapas de estos buzones, no son su responsabilidad porque no es su obligación cuidarlos y tampoco no podrían estar cuidándolos, en consecuencia las empresas prestadoras de servicios, deberían poner buzones con mayor seguridad para que estos no sean extraídos tan fácilmente.
Cabe indicar que las calles de La Victoria y el Cercado de Lima, son donde más abundan los buzones sin tapa y es que entre los que roban las tapas de los buzones y la lenta reacción de las empresas para taparlos, estos se convierten en un peligro inminente en nuestras calles.
