La labor para preparar este puchero o sopa empezó en horas de la madrugada cuando se puso a hervir el agua y se alistan las verduras, los trozos de gallina, pollo, carne de chancho y de res, que son los insumos principales de esta tradicional preparación. Cabe indicar que según la costumbre católica, las personas que participan en la confesión de sus pecados, la misa y el compartir de la “Porciúncula” de los franciscanos, quedan en gracia.
Son miles las de personas residentes en Lima, que en la mayoría son de la tercera de edad y que se encuentran en condición de pobreza extrema, quienes se beneficiaran con una ración de la tradicional “Porciúncula”, que es una sopa o puchero elaborada en gigantescas ollas por religiosos del Convento de los Descalzos del Rímac, siguiendo una costumbre que se inició en Italia en el año 1216.
Los beneficiarios legaron hasta el convento en la Alameda de los Descalzos, desde primeras horas de la mañana, para presenciar el acto litúrgico y según el ritual al mediodía, cuando la sopa ya este lista, las personas recibirán su porción de manera gratuita.
Como dato histórico esta tradición inició en la ciudad de Asís, en Italia, en el año 1,216 y cuando San Francisco, pidió al Papa Honorio III que quien entrara confesado a la iglesia de la Porciúncula el 2 de agosto, sería perdonado en sus pecados, solicitud que fue aprobada por el pontífice.
Para el día de hoy se calcula que se repartirán esta tarde en el Rímac, cerca de tres mil porciones de este tradicional puchero.
