Los tres hombres conocidos como los "Carniceros de Chosica" operaban en la ribera del Río Rímac en la provincia de Lima, donde descuartizaban a los animales y vendían su carne a una empresa de embutidos a S/.4 el kilo. Los sujetos indicaron que los caballos sacrificados estaban enfermos. La policía los detuvo cuando cercenaban el último caballo que, como indicaron, le pertenecía a un coronel y fue obtenido por un precio de S/.800.