Luego de haber sido destituida de la presidencia de Brasil, al ser acusada de maquillar las cuentas fiscales del año 2015, la defensa de la ahora expresidenta brasileña Dilma Rousseff presentó una apelación ante el Tribunal Supremo en la que demanda la anulación de la votación del senado.
La apelación presentada por la defensa, se lleva a cabo hasta que la propia Corte Suprema se pronuncie sobre los principios legales en que se apoyó la condena. Rousseff argumentó en su defensa ser inocente de los cargos que se le imputan.
El abogado de la exmandataria manifestó que los cargos formulados estaban basados en dos artículos de una ley en vigor desde 1950 y no son compatibles con las de 1988 en la que se definen los delitos de responsabilidad que pueden llevar a la destitución.