El Papa Francisco presidió este domingo en El Vaticano la misa de Pascua y pidió el fin de las tragedias y las persecuciones en África y Oriente Medio, saludando a la vez el acuerdo nuclear iraní como "un paso hacia un mundo más seguro".
"Que todas las personas de buena voluntad eleven una oración incesante por aquellos que perdieron su vida, y pienso muy especialmente en los jóvenes asesinados el pasado jueves en la Universidad de Garissa, en Kenia", dijo desde el balcón de la basílica de San Pedro antes de impartir su tradicional bendición "Urbi et Orbi".
Asimismo, el pontífice exhortó a la comunidad internacional a que "no permanezca inerte ante la inmensa tragedia humanitaria" en Siria e Irak y "el drama de tantos refugiados". Que "cese el fragor de las armas y se restablezca una buena convivencia entre los diferentes grupos que conforman estos amados países".
Además, habló de "esperanza" al referirse al acuerdo marco concluido el 2 de abril en Lausana entre Irán y las grandes potencias sobre el programa nuclear. Deseó que sea "un paso definitivo hacia un mundo más seguro y fraterno".