En Lima se encuentra uno de los locales más emblemáticos del país en el rubro del entretenimiento adulto: el Trocadero, considerado el prostíbulo más antiguo del Perú. Con más de 70 años de funcionamiento, este establecimiento ha sido testigo de distintas épocas y cambios sociales, consolidándose como un referente del sector en la capital. Hoy, el lugar combina la tradición con propuestas modernas de shows, música y entretenimiento para sus clientes.
Un espacio con historia y espectáculo
Desde sus primeros años, el Trocadero ha recibido visitantes de distintas partes del país, quienes acudían en busca de experiencias únicas. Con más de 150 habitaciones, el local no solo ofrece los servicios tradicionales asociados al trabajo sexual, sino también espectáculos con bailarinas, vedettes y artistas invitados que animan las noches limeñas. La combinación de entretenimiento y hospitalidad ha permitido que se mantenga vigente por décadas.
El prostíbulo ha sido testigo de la vida de muchas trabajadoras sexuales, algunas con más de medio siglo de experiencia, y otras recién incorporadas que han logrado destacar rápidamente entre las preferidas del público. A lo largo de los años, estas mujeres han construido una comunidad dentro del Trocadero, marcada por disciplina, profesionalismo y resiliencia frente a los desafíos del oficio.
Más allá de la mística y el entretenimiento, el Trocadero refleja también la dimensión humana de quienes trabajan allí. Historias de esfuerzo, sacrificio y adaptación se entrelazan con la cultura del espectáculo y la tradición del local. A pesar de los prejuicios y estigmas sociales, el prostíbulo continúa siendo un espacio de trabajo para cientos de personas que dependen de él como fuente de ingresos y sustento familiar.


