En nuestro país, son miles los afectados por la crisis sanitaria ocasionada por el nuevo coronavirus COVID-19. Muchos no cuentan con ingresos y al pasar de los días la preocupación y el hambre van en aumento. Como se sabe, los comerciantes de las “paraditas” no trabajan desde que empezó la cuarentena, pese a que sus clientes son los pobladores de los asentamientos humanos ubicados en las zonas altas de los cerros y los vecinos de calles y avenidas de alta densidad poblacional en las zonas más pobres de Lima Norte, Sur y Este.
En medio de la pandemia, los mercados más grandes de Lima se están levantando de la gran ola de contagiados, arman nuevos protocolos y mientras ellos intentan cumplir con la norma, pero a los alrededores se han formado como una especie de “paraditas” donde encontramos ambulantes que antes vendían dentro de un local, generando tráfico y aglomeraciones con un total desconocimiento que nos lleva a una cuarentena sin control.
Cabe indicar que una ventaja de las “paraditas” es que se encuentran al aire libre, cada puesto se arma día a día y puede seguir un protocolo sanitario, pero sino están organizadas y son informales, esto solo genera caos y miedo en tiempos del coronavirus.