Hay quienes dicen que las comidas apetitosas engordan con solo mirarlas, pero al parecer cierta verdad se esconde detrás de esto, ya que un estudio de la Universidad de Berkeley ha descubierto que el aroma que despiden los alimentos ya nos hace ganar peso con solo olerlos.
Los estudiosos aún no lo tienen claro, pero creen que podría deberse a que el olor de la comida hace creer a nuestro metabolismo que es la hora de comer, por lo que se prepara para almacenar las calorías y los nutrientes ingeridos.
Por el contrario, al anular el sentido del olfato, el metabolismo sigue en modo de quemar energía, por lo que elimina más fácilmente las calorías consumidas.
En el siguiente informe sepa mas sobre lo que arrojo esta reveladora investigación.