Muchas personas no se dan cuenta de la presencia de estos microorganismos, ya que su tamaño, que alcanza apenas los 400 micrones, lo hace imperceptible.
Los indicios que una persona está afectada son la caída de pestañas, enrojecimiento de los ojos, sensación de cuerpo extraño, picazón, ardor y lagrimeo constante.
La presencia de estos síntomas es un llamado de alerta para que las personas visiten al oftalmólogo.