Agentes de la División de Trata de Personas de la Policía Nacional del Perú lograron desarticular una célula delictiva vinculada al remanente del Tren de Aragua, organización criminal transnacional. En un operativo realizado en San Miguel, fueron capturadas dos ciudadanas extranjeras plenamente identificadas, quienes quedaron a disposición del Ministerio Público. Según la investigación, ambas se encargaban de captar, retener y explotar sexualmente a mujeres migrantes bajo engaños y amenazas.
Durante el registro de las llamadas “casas de acogida”, las autoridades hallaron condiciones infrahumanas e insalubres. Se incautaron bates de béisbol, varas retráctiles, un partidor de batería multifunción y un taser negro, todos utilizados para aplicar descargas eléctricas a las víctimas. También se encontró una réplica de pistola, varios ketes de PBC, comprobantes de pago, y un cuaderno donde figuraban nombres de mujeres explotadas.
El horror detrás de las deudas impagables
De acuerdo con el testimonio de las víctimas, eran torturadas con corriente eléctrica a través de cables conectados a los dispositivos incautados. Vivían atemorizadas, endeudadas y sin posibilidad de escapar, bajo la amenaza constante de represalias. El monto que supuestamente debían pagar ascendía a 15 mil soles, cifra impuesta por sus captoras como condición para “liberarlas”. Mientras permanecían retenidas, eran obligadas a prostituirse en las inmediaciones de la zona de Risso, en el distrito de Lince.
Este caso pone en evidencia la evolución del crimen organizado en el ámbito de la trata de personas. Las “plazas” donde se ejerce la prostitución son ahora escenarios de control territorial y explotación por parte de mafias que utilizan estructuras similares a las de pandillas transnacionales. Las detenidas, conocidas como “Las Babys del Tren”, serían responsables de mantener cautivas a sus connacionales en distintos inmuebles, bajo una fachada de ayuda y acogida que ocultaba una red de abuso sistemático.