La sede del Ministerio Público de Trujillo sufrió un brutal ataque atribuido a “Los Compadres”, una banda delictiva surgida en 2017 en La Libertad, conocida por extorsión, robo de vehículos, tráfico de terrenos y homicidios. La fiscal a cargo del caso, Verónica Ludeña, habría recibido amenazas previas, relacionadas con el pedido de ampliación de prisión preventiva para Jimmy Bazán Valderrama, alias “Chato” o “Pequeño”, uno de los líderes del grupo.
El ministro del Interior, Juan José Santivañez, confirmó la detención de cinco personas vinculadas al traslado de explosivos utilizados en el atentado. Además, anunció la pronta reubicación de Bazán Valderrama y otros líderes criminales al penal de máxima seguridad Challapalca. Durante un allanamiento en su celda en el penal de Cajamarca, las autoridades encontraron un cargador y un celular, elementos que podrían vincularlo directamente con los hechos.
Expertos en seguridad, como el analista Pedro Yaranga, descartan que el ataque contra la Fiscalía de Trujillo esté relacionado con la minería ilegal, apuntando a disputas internas entre bandas delictivas como “Los Compadres” y “Los Pulpos”. Estas organizaciones criminales han convertido el norte del país en una zona de alta violencia, con estructuras complejas que operan desde el interior de los penales para delinquir en diversas zonas.
REFUERZAN SEGURIDAD
Mientras tanto, a raíz de este nuevo ataque con explosivos, se intensificaron las medidas de seguridad en Trujillo y otras ciudades del norte del país. El traslado de los reos más peligrosos a penales de máxima seguridad busca frenar la coordinación de actividades delictivas desde las cárceles. El atentado a la sede del Ministerio Público es una clara advertencia del poder y alcance de estas bandas, que continúan desafiando al Estado Peruano.