En Cajamarca, las rondas urbanas castigaron a latigazos a dos delincuentes que fueron sorprendidos cuando robaban maquinaria de una ladrillera.
Los detenidos, fueron obligados a castigarse mutuamente, pero como no lo hicieron correctamente, uno de los ronderos se ofreció a reprenderlos fuertemente, haciéndolos retorcerse de dolor.
Los ladrones reconocieron su delito, ofrecieron disculpas y se comprometieron a nunca más delinquir y tras esto fueron puestos en libertad.