En Piura, los asistentes a una pelea de gallos terminaron la jornada a golpes, botellazos y hasta lanzándose piedras. Pese a estar prohibido este tipo de reuniones, poco les importo a los asistentes ya que varios no tenían bien puestas sus mascarillas y se olvidaron del distanciamiento.
Los serenos que llegaron al lugar no pudieron controlar a las más de 200 participantes que se habían congregado en ese local clandestino. La pelea continúo en los exteriores, pero antes que llegara la policía, todos los asistentes se retiraron.
Según indicaron, la gresca se originó porque el perdedor de la pelea de gallos no habría querido pagar la apuesta.