Decenas de familias peruanas, ante la falta de trabajo, comida y dinero se vieron obligadas a asumir el riesgo de regresar a sus ciudades de origen durante los días más críticos de la pandemia, y como si fuera poco algunos de ellos son víctimas de la delincuencia que no cesa pese al estado de emergencia nacional.
Los pobladores con niños, ancianos y mujeres gestantes se albergan en las carpas que habilitó la Municipalidad de La Victoria en la Plaza Manco Cápac para ayudar durante el regreso a casa, ya que según los protocolos establecidos por el Ministerio de Salud no está permitido que ninguna persona aborde un bus si antes no pasa la prueba rápida de descarte contra el peligroso COVID-19.
Otro grupo de peruanos provenientes de la selva peruana se encuentra en el Grupo Aéreo N° 8, ellos pertenecen a la región de San Martín y aseguran que pese a que se comunicaron con sus gobiernos regionales hasta el momento no reciben ningún tipo de respuesta.
Los desplazados siguen viviendo su éxodo, la mayoría perdió su trabajo tras decretarse el estado de emergencia nacional como medida extraordinaria, para detener la propagación del coronavirus en nuestro país.