La segunda víctima del caso de descuartizamiento que ha remecido a la capital es un ciudadano venezolano identificado como Rubén Mauricio Matamoros Delgado. Sin embargo, lo curioso es que esta persona fue expulsada el pasado 10 de mayo de nuestro país en el marco del operativo “Plan Migración Segura”.
Cinco días más tarde anunciaría a través de una de sus cuentas de Facebook que estaba camino a la ciudad de Lima. Aunque ingresó antes que el Gobierno peruano comenzará a exigir visas humanitarias a sus compatriotas (15 de junio), lo hizo de manera ilegal, pues no hay fecha de su retorno, al igual que la primera vez que pisó territorio nacional. Asimismo las autoridades de Colombia y Ecuador tampoco presentarían registros de las entradas de Matamoros Delgado.
Tiempo después de su retorno irregular a Perú, sería encontrado sin vida y desmembrado. Según datos manejados por la Policía, él habría sido asesinado estando aún con vida, motivo por el cual podría agravar la condena de los implicados.
“Estaríamos hablando de un homicidio agravado por crueldad. Si es que se trata de una organización criminal también se estaría ante una modalidad de homicidio agravado. Como se trata de un homicidio múltiple en esta circunstancia la pena se va a sumar, por lo tanto estaríamos hablando de 35 años que es el tope máximo”, detalló Julio Rodríguez, abogado penalista.
