Aislada, vigilada y prácticamente inalcanzable. Así vivió la presidenta Dina Boluarte los actos oficiales por Fiestas Patrias, rodeada por un amplio dispositivo de seguridad. Diez agentes de la Policía Nacional la escoltaron constantemente, mientras filtros de seguridad, rejas y zonas restringidas impidieron cualquier contacto directo con la población.
Para muchos, el 28 de julio representa una oportunidad para que el jefe de Estado se acerque al pueblo y reciba muestras de apoyo. Sin embargo, el panorama fue diferente con Boluarte Zegarra. La seguridad fue tan estricta que ni siquiera fue posible acercarse al atrio de honor donde se ubicó la mandataria.
PROTOCOLOS "NORMALES"
Desde el Ejecutivo justificaron el operativo señalando que se trata de protocolos normales. “Estos actos requieren máxima seguridad, más aún en plena fiebre electoral, donde algunos grupos violentistas podrían generar situaciones que hay que prever”, dijo el ministro de Salud, César Vásquez.
En la misma línea, el ministro del Ambiente, Juan Carlos Castro Vargas, negó que exista temor hacia la población. “No hay miedo. Aquí trabajamos para la población”, afirmó, reiterando que los círculos de seguridad responden a normas protocolares.
