La capital atraviesa días de intenso frío pese a que el invierno aún no comienza oficialmente. Según el más reciente reporte del Senamhi, se han registrado temperaturas mínimas de hasta 12.8 °C, acompañadas de una humedad que ha alcanzado el 100%. Este panorama ha favorecido el aumento de enfermedades respiratorias en un 30%, situación que pone en alerta a las autoridades sanitarias, especialmente por el impacto en los grupos más vulnerables como niños, adultos mayores y personas con enfermedades preexistentes.
Un invierno adelantado con consecuencias sanitarias
Aunque el inicio de la estación invernal está previsto para el 20 de junio, la sensación térmica ya ha cambiado drásticamente. Expertos explican que el fenómeno se debe a factores como la baja temperatura del mar y el ingreso de vientos del sur, los cuales intensifican la humedad y provocan lloviznas frecuentes. En distritos como La Molina, los termómetros ya marcan valores similares a los que se esperan en el corazón del invierno, lo que ha obligado a la población a tomar medidas urgentes para protegerse del frío.
Este clima extremo ha provocado un entorno ideal para la proliferación de virus, bacterias y hongos. Uno de los brotes más preocupantes es el de la tos ferina, una infección respiratoria altamente contagiosa que suele confundirse con un resfrío común. Su diagnóstico oportuno es vital, ya que puede generar complicaciones severas si no se trata adecuadamente. Sin embargo, las carencias en el acceso a la atención médica, especialmente en zonas rurales e incluso en áreas periféricas de Lima, agravan la situación.
En muchas regiones, el problema no radica en la falta de vacunas o presupuesto, sino en la falta de ejecución. Brigadas de salud no están llegando a poblaciones alejadas debido a la mala gestión de recursos asignados para su traslado. Frente a este escenario, los especialistas recomiendan abrigarse adecuadamente, mantener una alimentación saludable, evitar la automedicación y, sobre todo, acudir al centro de salud ante los primeros síntomas. La prevención y el seguimiento médico son clave para afrontar un invierno que ya empieza a mostrar su dureza.
