Ángel Torres tenía 22 años cuando, en septiembre del año pasado, su vida cambió para siempre. Caminaba por San Martín de Porres junto a una compañera de estudios de la carrera de enfermería, cuando fueron interceptados por delincuentes armados. En un acto de valentía, Ángel protegió a su amiga y enfrentó a los atacantes. Fue entonces cuando recibió varios disparos que lo dejaron al borde de la muerte.
“Mi instinto fue agarrar a mi compañera y decirle ‘¡corre, corre!’”, recuerda. Luego, todo se volvió borroso. Permaneció hospitalizado un mes, fue sometido a cinco cirugías y aún tiene dos balas alojadas en su cuerpo. Aunque logró retomar sus estudios, vive con secuelas físicas y emocionales, mientras enfrenta una nueva batalla: la judicial. La Fiscalía ha tipificado el caso como “lesiones”, cuando él y su familia aseguran que fue un intento de asesinato.
Maribel Vergaray, madre del joven, lamenta que recién hace pocos días hayan sido notificados por la Séptima Fiscalía Provincial Penal Corporativa de Lima Norte. Denuncia que solo uno de los implicados ha sido considerado en el caso, y que este ni siquiera permanece detenido pese a tener requisitorias previas. “Apelo al corazón de la fiscal Gabriela Pantalón. No entiendo cómo lo dejaron libre”, declaró.
PRESENTAN IMPUGNACIÓN
Por el momento, la familia de Ángel Torres ha presentado una impugnación y seguirá luchando para que el caso sea revaluado y se reconozca la gravedad del delito. Mientras tanto, el Ministerio Público no respondió a nuestra solicitud de versión hasta el cierre de esta nota.