La estadía del ahora Papa León XIV en el Perú dejó una huella imborrable en la Iglesia Católica, especialmente entre los religiosos que compartieron de cerca con él su vida pastoral. El entonces misionero Robert Prevost llegó al país en 1985, específicamente a la misión de los Agustinos en Chulucanas, Piura.
El fray Miguel Olitas y el padre Gioverty Calle lo recuerdan con entusiasmo y afecto, ya que vivieron junto a él múltiples experiencias durante su labor como sacerdote. Aunque nacido en Estados Unidos, Prevost obtuvo la nacionalidad peruana en 2015, como reconocimiento a su profundo vínculo con el país.
Ambos religiosos que laboran en la parroquia San Agustín de Chorrillos compartieron con él varios años de misión en Trujillo, ciudad donde el futuro Papa residió antes de ser nombrado obispo de Chiclayo. Su cercanía, sencillez y compromiso marcaron profundamente a quienes lo conocieron.
MENSAJE DE PAZ Y UNIÓN
Hoy, convertido en el Papa León XIV, deja un mensaje de unión y esperanza para el pueblo peruano. Muchos recuerdan vivencias con él en momentos difíciles, especialmente durante la pandemia.
“Nunca dejemos de sentirnos abrumados por la violencia; que podamos ser signos de paz y esperanza, eso es lo verdaderamente valioso”, expresó el padre Calle, replicando el mensaje que el nuevo Pontífice durante su estadía en el Perú.