El maleanteo es un subgénero musical originado en Puerto Rico que ha tomado fuerza en varios países de América Latina. A través de letras cargadas de violencia, hace apología a crímenes como el robo, la extorsión o el asesinato. Para muchos jóvenes, representa no solo una forma de expresión, sino un símbolo de poder, respeto y estatus en las calles.
De la música urbana al crimen como identidad
En el Perú, el maleanteo ha calado especialmente en barrios marcados por la falta de oportunidades y la presencia del crimen organizado. Jóvenes como Belo —capturado en 2024 por su implicancia en al menos ocho crímenes ligados a la construcción civil— han construido su identidad pública a partir de estos códigos. Videos musicales, armas y miradas desafiantes son parte del lenguaje visual que este estilo utiliza para legitimar el poder del delincuente.
El caso más reciente fue el de Tweenty Six Sis y Louis Producer, dos exponentes del género que fueron asesinados a balazos en Villa María del Triunfo. Días antes, habían subido un video en el que cantaban con armas en mano, exaltando las reglas de la calle y dejando en evidencia cómo la música se convierte en un canal para glorificar la violencia.
Frente a este fenómeno, el Estado ha mostrado una preocupante ausencia. No existen políticas integrales que ofrezcan alternativas reales a miles de jóvenes vulnerables. Así, mientras el maleanteo crece como símbolo de admiración entre algunos sectores, la violencia se normaliza y las autoridades siguen sin tomar acciones concretas.