El caos vehicular y la imprudencia siguen cobrando más vidas que la violencia delincuencial en Perú. Según el general Manuel Vidarte, director de Tránsito, Transporte y Seguridad Vial, en el 2024 se registraron 3,173 muertes por accidentes de tránsito, superando en 673 casos a los homicidios en el mismo periodo. Esta realidad evidencia que el peligro en las calles no solo proviene del crimen organizado, sino también de la falta de educación vial y la informalidad en el transporte.
Durante un operativo en Santa Anita contra el transporte informal, Vidarte resaltó la magnitud del problema, mientras que el ministro del Interior, Juan José Santiváñez, generó controversia al incluir estos fallecimientos en las estadísticas de homicidios. Sin embargo, el analista de datos Juan Carlos Carbajal discrepó, señalando que accidentes y homicidios son categorías distintas y mezclar cifras genera desinformación.
Si bien los accidentes de tránsito han sido históricamente la principal causa de muertes violentas en el país, los homicidios muestran una preocupante tendencia al alza. Según Carbajal, cada cuatro horas ocurre un asesinato en el Perú, y si esta tendencia continúa en el 2025, se podrían superar los 2,037 homicidios registrados el año pasado. Solo hasta el 2 de febrero, el Sistema Informático Nacional de Defunciones (SINADEF) reportó 193 muertes por homicidio en lo que va del año.
TAREA PENDIENTE PARA AUTORIDADES
Según explicaron expertos, el debate sobre cómo clasificar estas muertes no debe desviar la atención del problema de fondo: la urgencia de mejorar la seguridad vial y frenar el crecimiento de la violencia. Mientras los accidentes de tránsito siguen siendo la principal causa de muerte en el país, la creciente ola de homicidios exige respuestas inmediatas para evitar que ambas cifras sigan en aumento.