Terror, destrozos y un país paralizado por la violencia es lo que dejaron las manifestaciones tras el fallido golpe de Estado de Pedro Castillo.
Un panorama generado por azuzadores a quienes hoy se les conoce el rostro, ya que no serían más que condenados por terrorismo que según el Gobierno están financiando los actos vandálicos a nivel nacional como la destrucción de aeropuertos o como la planta del grupo Gloria y hasta instituciones públicas.
Una preocupante infiltración que fue confirmada no solo por la presidenta Dina Boluarte sino también por el ministro de Defensa, Jorge Chávez Cresta en el nuevo centro de monitoreo y control de crisis que inauguraron esta mañana.
Una presencia que también se registraría en las nuevas movilizaciones desatas esta mañana en 10 puntos del sur del país principalmente en Puno y Cusco donde los servicios de los trenes de Inca Rail y Perú Rail fueron suspendidos por temor a las protestas.
Según informaron desde el Ejecutivo estas manifestaciones serán controladas desde este centro de monitoreo cada hora permitiendo que la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas recuperen el orden sin costo social.
Una confianza que para muchos peruanos se vio empañada tras las denuncias de uso desmedido de la fuerza de los agentes del orden durante las últimas manifestaciones que dejó más de 20 personas muertas.
Finalmente, el premier nuevamente ratificó el compromiso del Gobierno de mantener la paz y tranquilidad en el país hasta las próximas elecciones de abril del 2024.
