Ante las restricciones en las diversas playas de la capital, cientos de bañistas acuden a las playas del sur. Y con los bañistas, también se produce el consumo de comida y bebida que, a pesar de estar prohibido, no es respetado por muchas personas.
En distintas zonas, se han observado restos de latas de refresco, heladeros y ambulantes. En los lugares, incluso pasean a animales que podrían dejar sus desechos en la playa, contaminando además el mar.
Para ingresar a la playa San Bartolo, piden el carnet de vacunación con ambas dosis y, al interior, se han dispuesto boxes para garantizar el distanciamiento social, pero esta última medida apenas es respetada.
Por otro lado, en una playa aledaña, exigían a sus bañistas mantener la mascarilla puesta. Sin embargo, la fiscalización solo llegó hasta ese punto, ya que el consumo de comidas y bebidas alcohólicas estaban a la orden.
De acuerdo a la Municipalidad de Punta Negra y San Bartolo, son miles los bañistas que seguirán llegando a estas playas que, de no contar con medidas de bioseguridad efectivas, pueden convertirse en focos infecciosos de la variante ómicron.