Los ciudadanos extranjeros de nacionalidad venezolana, residenciados en nuestro país, también son parte de la llamada población vulnerable ante la crisis sanitaria provocada por la pandemia del coronavirus, en especial por su condición de migrantes. Las oportunidades laborales destinadas a los venezolanos ya eran precarias antes del estado de emergencia nacional decretado en el país como medida extraordinaria para evitar más contagios del COVID-19 en el Perú.
Desde el pasado 15 de marzo, inició la medida de aislamiento social obligatorio y los ciudadanos debían cumplir con la cuarentena correspondiente, medida que imposibilitó la salida a las calles de cientos de venezolanos que trabajan en su mayoría en el mercado informal, dedicados a ofrecer productos en las calles y cuyas ventas les generaban ingresos diarios destinados a la compra de alimentos y pago de alquileres.
Ante la imposibilidad de trabajar para alimentarse, incluso algunos sin un techo fijo, 40 de ellos encontró refugio en la Primera Iglesia Evangélica Bautista de Lima que los recibió y brindó la ayuda respectiva.