El alcalde de Lima, Jorge Muñoz, lanzó una campaña para que los limeños se sientan motivados a cambiar actitudes y ayuden a transformar la ciudad, se han colocando más de 1.000 carteles en los postes del Centro Histórico, de los parques zonales y en vías metropolitanas con diferentes mensajes.
Una de estas campañas es “Yo no orino en la vía pública” y en sustitución a esta deficiencia se han intentado aprobar múltiples proyectos de ley que obligan a los centros comerciales, tiendas y restaurantes a prestar sus baños, pero evidentemente estos tienen un costo, pues hay que mantenerlos limpios y no todos cuentan con un presupuesto para ello.
Ante esta situación, lamentablemente esto da cuenta de nuestra educación y cultura, pues estamos dañando construcciones históricas, pero el problema real, es que no existe la cantidad adecuada de servicios higiénicos públicos en el Centro Histórico de la capital.
La iniciativa parece ser buena, pero lamentablemente aún no se aprecian los resultados, en cada esquina del encontramos rastros de orina.
Educar es lo correcto, pero además hacen falta los servicios higiénicos públicos y gratuitos con acceso para todos.
