El martes por la tarde, un fuerte sismo de magnitud 5.7 sacudió Guatemala, generando pánico entre los ciudadanos y múltiples daños en diversas regiones del país. El movimiento telúrico se registró alrededor de las 3:11 p.m., con epicentro en el departamento de Escuintla, al sureste de la capital. En cuestión de minutos, redes sociales y medios de comunicación comenzaron a difundir imágenes impactantes del temblor y sus consecuencias.
Uno de los aspectos más alarmantes ha sido la prolongación de las réplicas, algunas de hasta 4 grados de magnitud, que se han seguido sintiendo en horas posteriores al evento principal. Hasta el momento, se han contabilizado al menos 40 réplicas, lo que ha complicado los trabajos de evaluación y respuesta en las zonas más afectadas. El temor se ha intensificado en zonas urbanas donde la evacuación de edificios altos fue inmediata, mientras que en otras regiones más alejadas, el acceso ha quedado interrumpido por deslizamientos de tierra.
Daños materiales, víctimas y respuesta del Gobierno
Según los últimos reportes oficiales, el sismo ha dejado al menos tres personas fallecidas y cinco heridas. Además, se han reportado daños en 81 viviendas, 15 carreteras, nueve centros de salud y tres instituciones educativas. El presidente Bernardo Arévalo se pronunció asegurando que ya se han instalado albergues temporales para albergar a más de 300 personas damnificadas y que las autoridades continúan desplegadas en los territorios para atender emergencias.
El mandatario también aclaró que el evento fue de origen tectónico y no tiene relación con actividad volcánica, como se especuló inicialmente. Las autoridades locales han enfatizado la importancia de seguir los protocolos de seguridad, pues el suelo aún continúa inestable. Mientras tanto, muchas familias se mantienen en alerta, esperando indicaciones oficiales ante la posibilidad de nuevos movimientos sísmicos.