Tras 11 días de intensas manifestaciones en Ecuador, la calma llegó luego de un acuerdo entre el Gobierno del presidente de la República Lenín Moreno y las comunidades indígenas.
Con el paso de las horas, más de 2 mil personas entre estudiantes, padres y otros voluntarios se unieron a las labores de limpieza en la ciudad que había sido convertida en “zona de guerra”.
El presidente cedió a sus medidas económicas de eliminar los subsidios y los manifestantes celebraron pese al toque de queda. Días antes de llegar a un pacto, las manifestaciones se habían agudizado durante el fin de semana tras la toma de la Contraloría, que terminó saqueada e incendiada.