Es uno de los atractivos más famosos del mundo, pero podría dejar de serlo. El conocido Barrio Rojo de Ámsterdam, está en los planes de reorganización de la alcaldesa Femke Halsema, quien quiere solucionar el acoso a las trabajadoras sexuales y la trata de mujeres.
La autoridad edil ha recogido una molestia constante en esa zona de la capital holandesa, se trata de una incomodidad generada por turistas que llegan al lugar para solo fotografiar o filmar a quienes trabajan allí.
Las soluciones más radicales, consisten en el cierre de todos los negocios o la eliminación de una parte del distrito. Otra apuesta por generar más puestos de empleo en el centro histórico, mientras que la última plantea colocar cortinas en las ventanas donde se realizan las exhibiciones.
El tema será abordado, además de las autoridades, por quienes ejercen la prostitución y los residentes de la ciudad que es visitada por más de 15 millones de personas al año.