Continúan las protestas en Estados Unidos por la destitución de Sally Yates como fiscal general. En las últimas horas, cientos de ciudadanos marcharon por las calles en protesta contra dura posición migratoria del presidente Donald Trump. Incluso, autoridades judiciales mostraron su oposición a las recientes decisiones del mandatario de endurecer el veto migratorio.
La Casa Blanca ha calificado a Yates como traidora y nombró de forma interina al fiscal de Virginia, Dana Boente, en su lugar, mientras se espera que el Senado ratifique al nominado por Trump, el conservador Jeff Session, quien es conocido por sus duras posturas contra la inmigración indocumentada. Tiene un pasado racista, aunque siempre lo ha negado.
Jefferson Sessions nació en Selma, ciudad del Estado de Alabama que forma parte del cinturón del sur ultraconservador y con una historia de racismo extremo tan grande como su contrapartida. Y es que el lugar fue la cuna para la defensa del derecho al voto de los afroamericanos con Martín Luther King a la cabeza.
Desde allí partió la marcha pacífica que fue violentamente reprimida por la policía y que marcó un punto sin retorno para los derechos civiles. Ahora el ultraconservador Jeff Session está a punto de convertirse en el fiscal general de los Estados Unidos. Un contrapeso clave que, para muchos demócratas, estaría en peligro por su falta de independencia.
Recordemos que, precisamente, en las últimas audiencias que tuvo en el Senado para obtener la confirmación fue interrumpida por activistas vestidos con túnicas del Klu Klux Klan.
Las protestas dentro del territorio norteamericano también se hacen sentir sobre todo en las ciudades santuarios, llamadas así por defender a los inmigrantes. Y son las máximas autoridades de estas ciudades quienes salen a respaldar a los inmigrantes indocumentados. Como es el caso de Bill de Blasio, alcalde de la ciudad de Nueva York.