En China todavía existen familias dispuestas a mantener la costumbre de 'minghum', considerada también como el matrimonio fantasma o ‘boda de espíritus’, que se remonta al menos hasta la dinastía y que fue practicada por figuras históricas en las que incluso con apenas 13 años de edad, un jovencito contrajo nupcias con una joven también fallecida.
Por una parte, la ceremonia podría servir para integrar a una familia ya que el culto forma parte de un vínculo en que pasan a formar parte del linaje de sus maridos.
Esta curiosa forma de enlace también constituye una solución para continuar el legado de un hijo fallecido, siempre y cuando existiese una pareja dispuesta a casarse con sus restos y adoptar la descendencia de uno de sus nuevos cuñados aunque este físicamente no se encuentre.
Otras personas celebran este matrimonio para evitar que sus familias tengan años de mala suerte, ya que los brujos locales vaticinaban malos augurios a las familias cuyos miembros mueren solteros.
Sin embargo esta situación preocupa a las autoridades ya que recientemente se capturó a varios sujetos acusados de matar mujeres para vender su cuerpo a una familia que buscaban una novia fantasma.