Stevie y Eddie Ahern (12) nacieron con el síndrome de Prader-Willi (SPW), una condición extremadamente rara que hace que los niños sientan hambre durante todo el día. Esta enfermedad también hace que ellos sufran ataques de ira extremo y arrebatos violentos.
Con el fin de evitar que los niños sigan comiendo en exceso, la madre tiene que cerrar la nevera, armarios, y esconder comida para gatos y productos de limpieza.
La mujer también contó que cuando salen de compras es incapaz de controlar a sus hijos e incluso se ha visto obligada a llamar a la policía para pedir ayuda en varias ocasiones.