Los diez brasileños que fueron detenidos por supuestamente planear ataques terroristas durante los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro fueron trasladados a una cárcel de máxima seguridad en el estado de Mato Grosso do Sul, cerca de la frontera con Paraguay.
Otros dos sujetos aún son buscados como parte de la operación policial que desarticuló a un grupo que intercambiaba mensajes por WhatsApp y Telegram, y que la policía consideró estaban coordinando preparativos para ejecutar acciones violentas durante el evento deportivo.
A solo 14 días de la inauguración del certamen deportivo, las alarmas de seguridad se han encendido. Más de 80 mil efectivos entre militares y policías ya están desplegados para enfrentar cualquier amenaza terrorista.