Dilma Rousseff ganó notoriedad tras ser nombrada ministra de Minas y Energía por el presidente Inacio Lula Da Silva a finales del 2002. Desde allí, su presencia se hizo más que evidente en el escenario político brasileño.
Solo ocho años le tomó llegar al Ministerio de la Presidencia, un cargo de gran confianza. Su perfil más técnico que político y fama de funcionaria eficiente la hizo debutar como candidata presidencial.
Ni el cáncer la limitó de seguir en su lucha por llegar al sillón del Palacio de Planalto. Es así que en el 2011 se convirtió en la primera presidenta de Brasil.
En su juventud formó parte de varios grupos armados que operaban en la clandestinidad contra la dictadura militar en el periodo 1964-1985. Aunque no hay indicios que haya estado implicada en delitos de sangre, sus detractores la acusan de haber sido guerrillera.
Ahora, Rousseff se ha convertido en la segunda presidenta en ser sometida en juicio político tal como sucedió con Fernando Collor de Mello en 1992.