El sismo de 6.4 en la escala de Richter que sacudió Taiwán el sábado pasado, continúa afectando a los pobladores, ya que varios edificios se hunden poniendo en alerta a las autoridades.
La licuefacción del suelo es uno de los fenómenos más dramáticos tras un movimiento telúrico. Este sismo dejó muchas infraestructuras severamente dañadas y autoridades afirman que muchos edificios deben ser demolidos inmediatamente.