Sus inusuales formas de hacer justicia y castigar a quienes hayan cometido faltas se han popularizado a través de Internet y han sido noticia en todo Norteamérica.
Se trata de Michael Cicconetti, quien ha hecho que los culpables se avergüencen de sus actos con castigos experimentales.
Uno de los casos que más indignó al magistrado fue el abandono de un perro en un basurero, así que tuvo para su exdueña un castigo más que ejemplar: limpiar un depósito de basura durante ocho horas.