Durante interminables 26 horas, Patrick Hardison, un bombero que había perdido su cara en un incendio, fue sometido a un histórica intervención quirúrjica encabezada por el médico Eduardo Rodríguez.
Antes de entrar al quirófano, el paciente aseguraba que no podía andar por la calle porque asustaba a los niños, quienes lo llamaban monstruo. Según sus propias palabras, eso era peor que la muerte.
Luego del fatal hecho en el 2001, Patrick se sometió a más de 70 cirugías, pero todo fue en vano. Por más que los médicos se esforzaron, no pudieron reconstruir sus párpados, ni sus orejas, ni devolverle los gestos.
Sin embargo, fue el Dr. Rodríguez quien le aconsejó someterse a un delicado trasplante de rostro. Hoy tres meses después de la operación, Patrick puede sonreír. Ahora tiene una la apariencia de David Rodebaugh, quien murió en un accidente de tránsito con la bicicleta.
Este es un hecho histórico porque "la cantidad de tejido trasplantado en Patrick no se había hecho nunca antes", según señaló su médico en conferencia de prensa. Ahora Patrick puede parpadear y sonreír.
