El expresidente islamista egipcio Mohamed Mursi, fue condenado a 20 años de prisión por el uso de la violencia durante los disturbios registrados en El Cairo en 2012, casi tres años después de convertirse en el primer presidente elegido libremente en Egipto.
Junto con otros 12 acusados, Mursi fue reconocido culpable de haber ‘usado la violencia, detenido y torturado a manifestantes’ durante la protesta y fueron absueltos de las acusaciones de asesinato, que conllevan la pena de muerte. La condena fue transmitida en vivo por la televisión.
El expresidente, derrocado y detenido porel ejército el 3 de julio, siempre ha rechazado utilizar un abogado y proclamándose ‘el único presidente de Egipto’, en todas las audiencias, negó la legitimidad de sus jueces.
Sin embargo, Mursi se expone a la pena de muerte en tres de otros cuatro juicios pendientes, dos de ellos por "espionaje" y otro por haber escapado de la cárcel durante las revueltas de 2011.
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