La crisis y el caos volvieron a citarse en las calles de El Cairo, luego que partidarios del derrocado mandatario, Mohamed Mursi, iniciaran la lucha para recuperar la presidencia. El saldo de los violentos enfrentamientos entre la policía y Hermanos Musulmanes dejaron 42 personas fallecidas, entre ellos un miembro de seguridad, además de 500 heridos.