La competición popular se celebra en el templo de Sensoji, en el distrito de Asakusa de Tokio, a la que acuden un centenar de pequeños y según la creencia popular, el llanto de los bebés ahuyenta a los malos espíritus.
Pese a que la tradición del Naki Sumo aparece en muchas guías turísticas de Japón y despierta el interés de los medios internacionales, la realidad es que esta creencia sigue siendo bastante desconocida en muchas partes del mundo.
El concurso es bastante sencillo, el primer bebé que llore, gana. En el caso de que dos bebés rompan a llorar a la vez, se alza vencedor el que lo haga más fuerte